Orden Real de Heredom de Kilwinning
Aug.·. y Resp.·. Logia-Madre Metropolitana
“San Andrés de Escocia N° 1”
Valle de Santiago de Chile
Dionisio E. Jara R.
S.P. R+C VII° HRDM-KLWNNG
1.- QUE SE ENTIENDE POR DOCENCIA MASONICA.
2.- LOS RITOS MASONICOS Y LA DOCENCIA MASONICA.
3.- LOS GRADOS Y LA DOCENCIA MASONICA.
CONCLUSION
BIBLIOGRAFIA
1.- QUE SE ENTIENDE POR DOCENCIA MASONICA.
Muchos postulan que la Francmasonería es una institución educacional sistemática que forma a sus aprendices, compañeros y maestros con el instrumento que se denomina la “docencia masónica”. Por tanto, hay quienes enseñan y quienes aprenden.
Nosotros, masones antiguos, hemos a través del tiempo, oído sobre el concepto “docencia masónica” en una enormidad de oportunidades; sobre todo en las inauguraciones de los trabajos en los nuevos años que comienzan. Al hacer un resumen de las actividades anuales, algunas veces, no nos hemos sentido del todo satisfechos con el resultado. Para ser sinceros, si bien las oficialidades de las logias se instalan sin problemas, ello no quiere decir que están dotadas de los “instructores” que conduzcan, eduquen, y asistan a los propósitos finales de la masonería en la propiedad que los ritos necesitan. Estos “instructores”, (y no estoy hablando de los guardianes o vigilantes de la logia) son aquellos hermanos dotados de profundos conocimientos, de persuasión, elocuencia, valor, sentido de justicia, tolerancia y discreción que pueden estar en cualquier lugar o grado en la orden. Es más, suele suceder, que a veces existe solo un hermano que reúne las condiciones en toda una orden; en otras afortunadas, existen algunos cuantos hermanos; y en algunas, por desgracia, no existe ninguno.
Para hablar de masonería, hay que saber de masonería y sus fines; de sus declaraciones de principios, de sus constituciones. Hay que saber de su historia y su implicancia en la historia de la humanidad. Su pensamiento a través de los siglos y como ha subsistido a las incontables persecuciones que ha sufrido por parte de la intolerancia política y religiosa. Quienes tienen la característica de “instructores” son quienes han descubierto el sentido propio del concepto de las iniciaciones y su significado y del mecanismo por el cual se produce el cambio substancial del individuo profano, tras la experiencia de los rituales de iniciación y exaltación en un iniciado real. Son quienes guardan cuidadosamente los secretos que les han sido confiados. Son quienes han huido de los dogmatismos y que tampoco hacen alarde de los conocimientos que poseen. Estos hermanos son quienes, querámoslo o no, son los que encarnan en si mismos, el sentido de la docencia masónica.
Quienes pueden hablar con propiedad de “docencia masónica”, son quienes también en propiedad la enseñan. La docencia no es un simple listado de actividades y trabajos que se desarrollaran a lo largo de un año de tenidas de instrucción. No es el acto oficial en que los Guardianes y Vigilantes al reunirse, se ponen de acuerdo sobre el calendario masónico. La docencia masónica es la enseñanza de la Tradición , que fuera transmitida a través de la Cadena ininterrumpida de la Iniciación y cuya Doctrina se mantiene secreta, hasta que la iniciación, exaltación o consagración no pasen de un estado meramente virtual hasta un estado real, en cuyo estado se descubre el verdadero sentido de los Misterios.
La docencia masónica, como escuela, tiene por misión la formación de hombres conscientes de los ideales y principios de la orden.
Para entender la docencia masónica es imprescindible darse cuenta del valor fundamental que tiene esta en la formación del masón. La comprensión de la doctrina masónica no sólo proporciona a los hermanos conocimiento, sino que los descubre ante si mismos, sobre sus capacidades para entender los conocimientos de los diversos grados que constituyen la orden. Ello se logra con el hábito de la lectura, con el empuje investigador y creador, con la tenacidad en el trabajo, y con el deseo sincero y abnegado de entregar a sus hermanos el resultado de sus propias investigaciones.
Esta docencia debe desarrollarse a través de las Cámaras de Instrucción, en las cuales se desarrolla el Programa oficial de estudios de la orden, que reúne a los Aprendices dirigidos por el Segundo Guardián o Vigilante, a los Compañeros dirigidos por el Primer Guardián o Vigilante y a los Maestros dirigidos por el Orador.
En cada Respetable Logia simbólica debería existir una Comisión de Docencia, presidida por el Venerable Maestro e integrada por los HH:. Guardianes o Vigilantes, Orador, Maestro de Ceremonias, Experto y Bibliotecario, cuya función en conjunto es la de planificar, organizar y supervisar la docencia de los tres grados simbólicos en el caso de los grados azules.
Desde un punto de vista técnico y académico, podríamos decir que la docencia masónica es la acción y efecto de enseñar masonería. También lo podríamos traducir como sistema y método de dar instrucción masónica. Como el conjunto de conocimientos, principios, ideas, etc., que se enseñan a los iniciados en cualquiera de sus grados. La que se imparte en los talleres de instrucción, tenidas de logia de instrucción o en el lugar que el Venerable Maestro o Guardianes o Vigilantes impartan instrucción doctrinal para dicho propósito. La que depende directa y totalmente de un cuerpo superior de gobierno masónico. La que es impartida en forma personal por un maestro de logia a un iniciado, en un lugar que no es propiamente un taller o logia y examina en él la correcta comprensión de la doctrina masónica. La que los hermanos mas adelantados, aun de un mismo grado, dan a sus hermanos menos informados y preparados para entender los conocimientos y propósitos de la masonería.
2.- LOS RITOS MASONICOS Y LA DOCENCIA MASONICA.
Existen ritos eclécticos, ritos intelectualistas, ritos esotérico-ocultistas, ritos tradicionalistas, etc. Estos pueden ser masculinos, mixtos, o femeninos, según sea la visión particular de cada una de las constituciones por las cuales se rijan.
Si existiera un solo rito masónico en el mundo, entonces tendríamos más que resuelto y claro el sentido y dirección que tal rito universal le imprimiría a sus enseñanzas; pero como esto no es así. Entonces cabe preguntarnos, ¿Qué entienden los ritos por docencia masónica?
Como todos sabemos, existen ritos en los cuales tienen permanente tribuna los problemas políticos de la contingencia nacional, la filosofía clásica, el acontecer social del país, y una que otra cosa relacionada con algún simbolismo suelto.
Otros ritos, buscando significados esotéricos y ocultistas a los secretos de la masonería, ocupan sus tenidas de instrucción entre especulaciones espiritualistas y algún sentido místico propio del iluminismo casi religioso del movimiento francés de finales del siglo XIX (incluso algunos incluyen a ciertas iglesias gnósticas en sus nomenclatura de grados).
Otros, incorporan en sus sistemas de enseñanza (y de los que hemos sido testigos), instrucciones y enseñanzas relacionadas con ciertas teosofías, yogas y religiones de algunos santones de la india, cosa que no puede ser mas aberrante y lejos de la ortodoxia masónica.
Otros ritos, dirigen sus estudios y docencia buscando el significado del simbolismo pero sin alejarse de los valores y enseñanzas de las herramientas propias de la masonería. Enseñan que el oficio del masón se desprende del uso e interpretación exclusiva de sus símbolos tradicionales.
De ello se desprende lo antojadizo e improvisado que muchas veces observamos en el panorama de la interpretación de la Doctrina masónica.
Si bien cada Gran Maestre de una orden tiene la facultad de imprimir el sello de su visión particular sobre el significado, usos y costumbres de la masonería, ello no lo habilita para alejarse, en algunos casos, en forma tan desviada de los propósitos de la masonería antigua, heredera directa de la masonería operativa.
Está mas que claro, que la verdadera masonería es la anterior a la masonería moderna o especulativa. Es allí y no en otra parte, donde deben buscarse los verdaderos postulados, principios y conocimientos que constituyen la ortodoxia y la Tradición. Si consideramos estos puntos, entonces no debiéramos estar tan lejos de beber de la fuente de la antigua sabiduría y de los temas tradicionales.
3.- LOS GRADOS Y LA DOCENCIA MASONICA.
Como todos sabemos, existe una enorme cantidad de ritos en funcionamiento en el mundo, sin embargo hay que hacer notar que muchos de ellos no coinciden en nada en lo que dice relación a sus nomenclaturas de grados. Hay ritos de 3 grados, de 4 grados, de 6 grados, de 7 grados, de12 grados, de 33 grados, de 90 grados, de 95 grados, de 97 grados, de 99 grados y de 130 grados.
Por supuesto que no pueden enseñar lo mismo. Por esto, en lo que dice relación a los grados, hay que fijarse en la diferencia que existe entre la masonería moderna y especulativa, y la masonería antigua heredera de la operativa. Una cosa es pasar por una inmensidad de grados sin saber en realidad lo que significaba cada uno de ellos, y los sistemas o filiaciones que trabajan los grados en forma operativa.
A nuestro entender, esto quiere decir que los grados o dignidades deben trabajarse uno a uno y con un tiempo prudencial para que se comprenda el sentido simbólico, filosófico y operativo que posee cada grado.
Nada mas perjudicial para un masón y la institución que representa como tal, el poseer dignidades que no entiende, no saber de que se tratan, no saber sobre cuales son los derechos y deberes de tal investidura, y lo que es peor, no saber los motivos por los cuales fueron insertos en los grados de la masonería.
Debiéramos fijarnos en el sentido último de tal o cual sistema o filiación masónico, porque en definitiva en eso nos convertiremos.
Si una orden no tiene un claro propósito, entonces no es nada. Si una orden ha olvidado los antiguos misterios, entonces es solo un depósito vacío. Si una orden no mantiene sus símbolos, alegorías y leyendas, entonces ya no tiene nada que entregar a quienes recibe en forma efímera en su interior.
Con este propósito y a fin de que se entienda lo que queremos transmitir, es que los invito a repasar, por ejemplo, el tema de los “Misterios menores y los misterios mayores”, asunto de primera importancia en el objetivo final de una orden. Es una cuestión de estrategia, porque la masonería no es una institución solo para crear y formar buenas personas, haciéndolas pasar de grado en grado, sin tener un propósito claro. Existe una meta secreta, y ella está relacionada con este tema.
Los “misterios menores” no son más que una preparación a los “misterios mayores”, pero son una etapa obligada de la vía iniciática. Ciertos grados simbólicos y filosóficos constituyen el sendero por el cual se transita por estos misterios. Los «misterios menores» comprenden todo lo que se refiere al desarrollo de las posibilidades del estado humano considerado en su integridad; es decir, en lo que se designa tradicionalmente como la restauración del “estado primordial”.
En cambio, los “misterios mayores” conciernen propiamente a la realización de los estados suprahumanos: tomando al ser en el punto donde le han dejado los “misterios menores”, y que es el centro del dominio de la individualidad humana, le conducen más allá de este dominio, y a través de los estados supraindividuales. Se designa como la «Liberación final» o como la “Identidad Suprema”. De ello podemos deducir que al estar consagrados en ciertos grados “Crísticos” y una vez posesionado en estos, desde la mera “iniciación virtual” en dichos grados y transitado hasta la “iniciación efectiva” es que se logra el objeto de estos “Misterios mayores”.
Ahora bien, de esto resulta que los “misterios mayores” están en relación directa con la “iniciación sacerdotal”, y los “misterios menores” con la “iniciación real”.
Hay ciertas órdenes que solo se quedan en el plano de los misterios menores, y por cierto es allí donde se producen las más grandes desviaciones de la tradición. Por eso podemos ver organizaciones iniciáticas incompletas desde el sentido de la formación docente. El lazo normal con los “Misterios mayores” ha sido roto, de suerte que los “Misterios menores” han llegado a ser tomados por un fin en sí mismos; y, en estas condiciones, ya no pueden llegar siquiera realmente a su término, sino que se dispersan en cierto modo en un desarrollo de posibilidades más o menos secundarias, desarrollo que, al no estar ordenado ya en vista de un fin superior, corre el riesgo desde entonces de tomar un carácter “inarmónico” que constituye precisamente la desviación.
Aquí es donde entra el concepto de lo que conocemos como la “contrainiciación”, la cual se opone a la iniciación verdadera y entra en lucha con ella. Sin embargo, el dominio de los “Misterios mayores”, que se refiere a los estados suprahumanos y al orden puramente espiritual, está, por su naturaleza misma, más allá de tal oposición, y, por consiguiente, enteramente cerrado a todo lo que no es la verdadera iniciación según la ortodoxia tradicional.
De todo eso resulta que la posibilidad de extravío subsiste en tanto que el ser no está reintegrado todavía al “estado primordial”, pero que cesa de existir desde que ha alcanzado el centro de la individualidad humana; y es por eso por lo que se puede decir que aquel que ha llegado a este punto, es decir, a la terminación de los “misterios menores”, está ya virtualmente y solo virtualmente “liberado”, aunque no pueda estarlo efectivamente más que cuando haya recorrido la vía de los “misterios mayores” y realizado finalmente la “Identidad Suprema”.
Afirmamos, los “misterios mayores”, constituyen propiamente la “iniciación sacerdotal”, y los «misterios menores», constituyen propiamente la “iniciación real”. Dicho eso, toda tradición, para ser regular y completa, debe conllevar a la vez, en su aspecto esotérico, las dos iniciaciones, o más exactamente, las dos partes de la iniciación, es decir, los “misterios mayores” y los “misterios menores”, donde, por lo demás, la segunda está esencialmente subordinada a la primera, como lo indican bastante claramente los términos mismos que los designan respectivamente.
Actualmente, en occidente, aunque ni la iniciación real ni la iniciación sacerdotal existen ya actualmente, se encuentran más fácilmente los vestigios de la primera que los de la segunda; eso se debe ante todo a los lazos que existen generalmente entre la iniciación real y las iniciaciones de oficio, y en razón de los cuales, pueden encontrarse tales vestigios en las organizaciones derivadas de estas iniciaciones de oficio y que subsisten todavía hoy día en nuestro hemisferio. Por tanto, la masonería, y ninguna otra, es la organización en occidente que transmite la Tradición.
CONCLUSION:
Después de haber analizado muy someramente algunos asuntos relacionados con la docencia masónica, y a manera de conclusión, es que debemos preguntarnos a este respecto y en definitiva: ¿Cuál es el tipo de masón que queremos trabajando al interior de nuestras ordenes?
Por cierto, quienes están lejos de la “revolución de los aprendices”.
También debemos preguntarnos, ¿Cómo se logra este propósito? Respondemos directamente: mediante el proceso de la masonería antigua, aquella que es completa en sí misma, o sea, la que posee estos tres aspectos:
1) Una filiación ininterrumpida.
2) Una doctrina tradicional.
3) Un método de realización espiritual.
Así y tan solo contestando estas dos elementales preguntas nos queda más que claro el sentido de la docencia masónica.
Entonces concluimos, ninguna orden masónica tiene el derecho de desviarse por el sendero de los temas pseudo iniciaticos y excluirse de entregar a sus iniciados la necesaria docencia de acuerdo a los procedimientos y conceptos tradicionales de la masonería.
BIBLIOGRAFIA:
René Guenón: “Apreciaciones sobre la Iniciación”
Diccionario Enciclopedico abreviado de la Masonería de Frau Abriles.
+EQUES AB AQUILA CORONATA
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en Colombia?
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